Decorando la masía

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A la hora de decorar nuestra masía, es de mucha importancia, pese a que la mayoría lo deje relegado a un segundo plano, la elección de las cortinas. De hecho, la elección de estas, puede llegar a ser una tarea muy ardua, ya que, en la actualidad, existe un amplio abanico de posibilidades atendiendo a los modelos, diseños y materiales de las cortinas.

A tal efecto, es necesario, que para llevar a buen fin nuestro proyecto tengamos muy claro los propósitos y estética que queremos conseguir, siendo, lo más importante, definir qué factores son los que motivan el uso de las cortinas, ya que, será diferente si lo que se quiere es disimular algo que las usadas para conseguir privacidad o, simplemente, reducir el paso de luz.

Estas premisas, son clave. Si somos capaces de diferenciar cada punto, la elección de la cortina correcta, según el caso, no debería resultar una tarea en exceso ardua, la elección de estas.

Así, por ejemplo, tenemos los barrales, fáciles de aplicar, decorativos y adaptables a cualquier ventana o hueco. Fabricados en todo tipo de materiales, los convierte en un complemento ideal sea cual sea el tipo de decoración que se tenga.

Así mismo, los complementos de los bárreles, ayudan a completar la estética de la habitación. Así, por ejemplo, un barral de madera lustrada, con apliques también en madera, combinarían a la perfección con una habitación de estilo rústico.

Las cortinas de rieles, podemos encontrarlas en dos acabados: de platico o de metal. Destacan las de metal, ya que, además de ser más resistentes y poder usar materiales más pesados, son ideales para espacios reducidos donde el barral no podría ser colocado.

Las cortinas romanas, aquellas de telas rectas que se pliegan de forma horizontal, son de gran utilidad si lo que se pretende es dejar de pasar la luz y el aire fresco, siendo recomendable su uso, en ventanas fijas o de corredera, siendo desaconsejable para aquellas ventanas cuya batiente se abra hacia dentro.

Normalmente, estas cortinas suelen estar fabricadas con material liviano como el algodón o la lana, aunque también las podemos encontrar con materiales como el yute o el bambú. Esto se ha de tener en cuenta ya que puede influir en la ubicación. Unas romanas fabricadas en algodón, compaginan de forma genial para habitaciones informales, mientras que las de brocado son ideales para salones y comedores.

Los visillos, por su parte, son aquellas en las que, dotadas de un dobladillo tanto inferior como superior, se unen a la ventana anclándose a esta mediante dos barras, una parra la parte y otra para la inferior, que pasa por el interior del dobladillo.

Este tipo de cortinas, son geniales si se quiere tener luz en el interior pero resguardándose de lo que se vea desde el exterior. Así mismo, se adaptan a la perfección en aquellas ventanas pequeñas, especialmente si están compuestas con una vidriera de cristal o es una ventana antigua.