Una actividad en auge

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España es sin lugar a  dudas una potencia turística, al igual que otros muchos países que cuentan con un clima envidiable y muchas horas de sol durante el verano. Sin embargo toda potencia turística que se precie no puede depender únicamente de la estacionalidad para mantener su actividad económica, sobre todo si el modelo económico se basa en gran parte en e3l sector servicios.

Por esta razón se está empezando a mover otro tipo de turismo, más alejado del clásico de sol y playa, que ha encontrado en las masías rurales un nuevo filón que explotar durante los meses en los que el buen tiempo no es del todo previsible o simplemente no existe.

El uso de masías rurales como alojamientos durante los meses de frío ha supuesto a la vez la salvación para cientos de aldeas y pueblos que veían como su población no dejaba de menguar debido a la falta de oportunidades laborales, lo que obligaba a los más jóvenes a abandonar las localidades en busca de trabajo. Gracias a algunas iniciativas se han podido crear puesto de trabajo para muchas personas en los propios pueblos, tanto como personal en las masías rurales como en otras actividades complementarias relacionadas con el turismo de naturaleza, relajación y aventura, el cual está cobrando un auge cada vez mayor.